La lectura es una habilidad fundamental para el aprendizaje y el desarrollo personal. Leer nos permite acceder al conocimiento, ampliar nuestro vocabulario, mejorar nuestra expresión escrita y oral, estimular nuestra imaginación y disfrutar de momentos de ocio y entretenimiento. Para aprovechar al máximo los beneficios de la lectura, es necesario leer de forma eficaz, es decir, con un objetivo claro, con una actitud activa y con una buena comprensión de lo que se lee.
En este sentido, en la educación superior, la lectura es una herramienta esencial para adquirir conocimientos, comprender conceptos complejos y desarrollar el pensamiento crítico. Sin embargo, no todos los estudiantes tienen las mismas habilidades lectoras y algunos pueden tener dificultades para comprender textos difíciles o para identificar información relevante. Para ellos, las estrategias de lectura pueden ser una herramienta valiosa.
¿Qué es la comprensión lectora?
Es la capacidad de entender el significado de un texto escrito, tanto en su nivel literal como en su nivel inferencial y crítico. La comprensión lectora implica reconocer las palabras y las oraciones del texto, identificar la idea principal y las ideas secundarias, relacionar el texto con los conocimientos previos y el contexto, inferir información implícita o no explícita y evaluar la veracidad, la coherencia y la relevancia del contenido.
De esta manera, la comprensión lectora es una habilidad fundamental para aprender, ya que permite acceder al conocimiento, construir nuevos saberes y comunicarse de manera efectiva. Es así como esta competencia requiere de diferentes habilidades cognitivas, como las siguientes:
- Habilidades lingüísticas. Sirven para comprender el significado de las palabras, las frases y las oraciones.
- Habilidades cognitivas. Se utilizan para pensar críticamente, analizar información y resolver problemas.
- Habilidades metacognitivas. Se usan para planificar la lectura, monitorear su comprensión y evaluar su aprendizaje.
¿Qué son las estrategias de lectura?
Se trata de las acciones que realizamos antes, durante y después de leer para facilitar la comprensión y el aprendizaje del texto. Estas estrategias pueden ayudar a los estudiantes a identificar la información principal, comprender las relaciones entre las ideas y sacar conclusiones que sirven para avanzar en su camino educativo.
Según lo explica Isabel Solé en su libro Estrategias de lectura (1992) estas tácticas son "procedimientos que implican la planificación de acciones que se desencadenan para lograr los objetivos". De este modo, estas estrategias son activas, es decir, que los lectores las realizan de manera consciente y deliberada para sacar el máximo beneficio.
Las estrategias de lectura no son fijas ni universales, sino que dependen del objetivo, del texto, del lector y del contexto. Por eso, es importante que cada persona conozca y elija las estrategias de lectura que mejor se adapten a sus necesidades y preferencias. Con ellas, pueden lograr lo siguiente:
- Activar y ampliar los conocimientos previos sobre el tema del texto.
- Establecer una meta y un plan de lectura adecuados al tipo y al nivel del texto.
- Seleccionar y organizar la información relevante del texto.
- Relacionar e integrar la información del texto con los conocimientos previos y el contexto.
- Monitorear y evaluar el proceso y el resultado de la lectura.
- Aplicar y transferir lo aprendido a otras situaciones o textos.
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¿Cuáles son las estrategias de lectura?
Existen muchas estrategias de lectura que se utilizan para comprender mejor los textos. Para lograr este propósito, se pueden clasificar según el momento en que se aplican, es decir, antes, durante o después de leer. A continuación, se detalla cada una de esas etapas:
Antes de la lectura
Antes de leer un texto, los estudiantes se pueden preparar para activar los conocimientos previos, realizando una pre lectura para tener una idea general del contenido. Esto puede hacerse por medio de las siguientes acciones:
- Anticipar y predecir. Se basa en observar los títulos, las imágenes, la tipografía, el formato y el soporte del texto. Se trata de formular hipótesis sobre lo que se va a leer y contrastarlas con la lectura efectiva.
- Formular preguntas. Se busca plantear diversas preguntas relacionadas con el tema, el propósito, el público, el género y el estilo del texto, para generar interés por la lectura en el estudiante.
- Activar los conocimientos previos. Consiste en conectar el contenido del texto con lo que el lector ya sabe. Se trata de recordar y escribir lo que sabe sobre el tema, relacionarlo con la experiencia personal y buscar información adicional.
Durante la lectura
Estas diferentes estrategias se realizan para comprender y procesar la información del texto. De esta manera, es necesario aplicar cumplir con las siguientes actividades:
- Leer selectivamente. Significa leer el texto de forma global, selectiva o detallada según el objetivo y el nivel de dificultad. Con ello se puede tener una idea general, para buscar información específica, analizando el contenido y la forma del texto.
- Subrayar y tomar notas. Implica resaltar y anotar las ideas principales y secundarias, los conceptos clave, los datos relevantes y las citas del texto, lo que sirve para facilitar la comprensión y la evocación de la información.
- Hacer inferencias y predicciones. Se trata de deducir y anticipar información que no está explícita en el texto, como el significado de las palabras desconocidas, las intenciones del autor, las consecuencias de los hechos y el final de la historia.
Después de la lectura
Para consolidar y aplicar lo aprendido del texto, los estudiantes pueden realizar una lectura posterior para consolidar su comprensión. Esto puede hacerse mediante las siguientes estrategias:
- Resumir y sintetizar. Consiste en elaborar un resumen o una síntesis con las ideas más importantes y las conclusiones del texto leído, usando las propias palabras y evitando la copia literal del contenido.
- Elaborar esquemas y mapas conceptuales. Se trata de representar gráficamente la información del texto, mediante esquemas o mapas conceptuales que muestren la jerarquía, la relación y la organización de las ideas.
- Reflexionar y evaluar. Es pensar sobre el proceso y el resultado de la lectura, valorar el grado de comprensión y aprendizaje alcanzado, identificar las dificultades y los errores cometidos, reconocer las estrategias de lectura y proponer mejoras.
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¿Cómo se desarrollan las habilidades lectoras?
A lo largo de la vida se desarrollan las habilidades lectoras, desde la infancia hasta la edad adulta, mediante la práctica constante y la exposición a diferentes tipos de textos. Sin embargo, no todas las personas tienen el mismo nivel de competencia, ni todas leen de la misma manera. Por eso, es importante conocer y aplicar las estrategias de lectura.
Hay una serie de factores que pueden contribuir al desarrollo de las habilidades lectoras, como se muestra a continuación:
- Exposición a la lectura. Las personas que leen desde la niñez tienen más probabilidades de desarrollar buenas habilidades lectoras, por medio de lectura en voz alta por parte de los padres, lectura compartida con otros o lectura independiente.
- Práctica regular. Leer regularmente sirve para ayudar a fortalecer las habilidades lectoras. Para ello, los estudiantes deben tener la oportunidad de leer todos los días, tanto en su estadía en la escuela, como en su casa.
- Uso de estrategias de lectura. Las estrategias ya vistas sirven para comprender mejor los textos. Los estudiantes deben aprender a utilizar la variedad de estrategias de lectura, con la finalidad de facilitar el aprendizaje.
Pasos para una buena lectura
Para realizar una buena lectura, es importante seguir algunos pasos que ayudan a comprender mejor el texto y a disfrutar de la experiencia. Seguidamente, se detallan algunos de los pasos que se pueden seguir:
- Prepárate para leer. Antes de empezar a leer, es conveniente que te deshagas de las distracciones, buscando un lugar cómodo y tranquilo, teniendo claro el propósito de la lectura.
- Lee con atención. Debes concentrarte en el texto y tratar de visualizar lo que lees, imaginando las escenas, los personajes y los eventos. Puedes leer en voz alta si te resulta más fácil o divertido.
- Revisa y corrige. Al finalizar, debes revisar y modificar tus hipótesis o supuestos sobre el texto. Debes mantener una actitud crítica y flexible, y verificar si has comprendido correctamente.
Las estrategias de lectura facilitan la comprensión de los textos y el desarrollo de las habilidades lectoras. Por ello, debes saber elegir y aplicar las más adecuadas según tus necesidades y objetivos. Recuerda que la lectura es una actividad fundamental para el aprendizaje, la información y el entretenimiento, por eso es necesario fomentarla y mejorarla.
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