Acerca de Especialización Perfusión y Circulación Extracorpórea
La especialidad de perfusión y circulación extracorpórea permite estar en condiciones de solucionar los problemas en la circulación extracorpórea de sus pacientes, a la vez, convertirse en parte integrante del equipo quirúrgico.
El programa favorece el desarrollo de habilidades clínicas y las destrezas manuales y técnicas, interpersonales, de comunicación eficaz y profesionalismo en la atención de pacientes extremadamente enfermos, con patologías cardiovasculares y quirúrgicas, que facilita el manejo del paciente en asocio con otras especialidades.
Durante el desarrollo del programa el especialista estará en permanente contacto con las áreas de cardiología clínica, cuidados coronarios, urgencias, rehabilitación cardíaca, hemodinámica, electrofisiología, cirugía cardiovascular y cuidados intensivos lo que le confiere una gran capacidad para el trabajo interdisciplinario en el conocimiento de patologías de alta complejidad.
Perfil del egresado
Perfil del egresado
Son buenos ciudadano comprometidos con la comunidad y mantienen una actitud definida hacia la educación e investigación continua.
Están en capacidad de responder a los retos planteados por el nuevo estilo de ejercer la profesión, son un profesionales que utilizan adecuadamente los conocimientos y la tecnología con base en un juicio lógico del costo – beneficio de sus acciones.
Al terminar el plan de estudio los residentes deben demostrar dominio de un mínimo de seis competencias:
• Cuidado del paciente quirúrgico cardiovascular en forma adecuada y efectiva.
• Conocimientos adecuados clínicos, fisiopatológicos, biomédicos, epidemiológicos y aplicación de estos en beneficio del paciente.
• Práctica basada en el aprendizaje y evidencia que mejora el conocimiento e incorporar la investigación y la evaluación de sus propios pacientes.
• Destreza de comunicación interpersonal que lleva a una mejor información al paciente y sus familias y capacidad de interactuar con otros profesionales de la salud.
• Profesionalismo, que lo lleva a adquirir responsabilidad, principios éticos y sensibilidad para interactuar con los pacientes.
• Aprendizaje basado en la práctica correcta de su especialidad para lograr los objetivos propuestos y cumplir con los requisitos de las instituciones del sistema de salud donde se desempeñe.
